El Proyecto Parcela nace cuando el colegio adquiere una parcela en la localidad de Isla de Maipo en el año 1986. Mme. Hélène había soñado siempre con la idea de que los alumnos desde la básica pudieran vincularse lo más estrechamente posible con las faenas del campo, para ver y valorar el gran esfuerzo que significa sembrar una papa o una lechuga, regarlas, cuidarlas, abonarlas, y el resto del proceso hasta el momento de la cosecha.

En ocasiones se puede ver cómo se reemplaza la herradura de un caballo o como se le coloca un apero, para luego verlo arar la tierra. Se le muestra y enseña a los niños cómo se hace el pan, en horno de barro, siendo partícipes de esta actividad. La Confección del compost, el campeonato de Pétanque, juego típico francés que aprenden a dominar, la visita a la huerta, conociendo nombres de especies arbóreas y plantas medicinales, cuyos olores muchas veces desconocen, son algunas de las actividades que se desarrollan en la parcela.

En definitiva, instalar en los alumnos, desde pequeños, la conciencia acerca de lo difícil que es producir los alimentos que comemos a diario. Pero también quiso, aprovechando esa estadía de tres días en el campo, mostrar a los niños cómo se hace un cacharro de cerámica, conociendo el proceso desde la extracción de la greda hasta la construcción final del objeto. Y para ello, desde esos mismos inicios, organizó con un artesano de Pomaire una visita pedagógica a un taller en esa localidad.

En esta actividad, que se realiza todos los años en la parcela con el quinto básico, se ha agregado la visita a un taller de cestería en Isla de Maipo y la visita y convivencia con alumnos de una escuela rural en San Antonio de Naltahua, entre otras actividades.

Así el Proyecto Parcela se ha revitalizado y constituye la columna vertebral del programa de orientación de este ciclo básico, dónde se ponen en juego los valores de la tolerancia, la identidad, el respeto, la autonomía, la amistad y el bien común como factores determinantes de la conformación de una comunidad que adquiere sello propio.

Redacciones y dibujos acerca de estas vivencias son el fruto de un proyecto que todas las generaciones han valorado y recordado como una experiencia inolvidable.